jueves, 1 de marzo de 2012

Prisma hexagonal



 Una vez me hicieron un regalo: un prisma hexagonal. Me lo hizo una persona que admiro, quiero, respeto y la persona que me ha educado, me ha querido y me ha hecho comprender muchas cosas de la vida.
Me ha hecho muchos regalos, todos ellos con un significado y cuando me lo daba los entendía al segundo qué era lo que me quería decir con ello. Pero el prisma hexagonal me dejó descolocada.
"La vida hay que mirarla con un prisma hexagonal". Esa frase me quedó marcada a fuego en el cerebro y puedo asegurar que lo que se me graba en el cerebro no se me borra jamás. Desde entonces, siempre miro las cosas con mi prisma hexagonal y através de él veo millones de historias de personas, con nombre y apellido, con una cara, un rostro, con sentimientos y momentos.
Porque la vida, después de todo no es dinero, no es trabajo, son vivencias, es estar cerca de todas las personas que te necesiten, es acompañar y dar cariño.
Por eso, no escribo un blog sobre mi, para estar continuamente mirándome el ombligo, sino para reflejar los "testimonios" de personas que en silencio, viven una circunstancia particular, que perfectamente podríamos ser todos, pero siento debilidad como he dicho muchas veces por aquellas personas que aunque su día haya sido una mierda (hablando mal y pronto), sonríen.  
 Mi blog tiene ese objetivo, relatar de una manera especial, historias de personas que en silencio, viven su vida plenamente toreando los contratiempos y sonriendo al mal tiempo.

" Si tiene solución, por qué te preocupas y si no tiene solución por qué te preocupas" :-)